La exculpación de inocentes resta apoyo a las ejecuciones
La lamentable y agónica ejecución de Clayton D. Lockett en Estados Unidos, en la cárcel de McAlester (Oklahoma), podría hacer pensar que la pena de muerte en el mundo vive una de sus horas más bajas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, o mejor dicho, la realidad tiene muchos matices en este asunto. Porque hay que diferenciar por un lado la situación de la pena capital en países democráticos como el propio Estados Unidos o comoJapón, los únicos del G-8 que aún matan a presos en sus cárceles, con la de otros países del mundo como China, Irán, Irak o Arabia Saudí. Mientras que en los dos primeros la opinión pública se ha visto sacudida por diferentes acontecimientos que han hecho florecer el debate sobre la conveniencia o no de la pena de muerte, en los segundos ha aumentado el número de ejecuciones.
Leer al completo en ElPaís.com | Descargar pdf