Supervivientes del corredor de la muerte
“Hola, esta es mi primera vez aquí. Me llamo Sabrina Butler y soy la única mujer que ha sido exonerada en Estados Unidos. Estuve en el corredor de la muerte seis años y medio. Fui liberada en 1995. Me alegra haber venido”. Más de 50 personas aplauden con fuerza. Saben lo importante que es la llegada de un testimonio más a su lucha colectiva. Son Witness to Innocence (testigos para la inocencia), una organización que aúna a personas que fueron condenadas injustamente a la pena capital por crímenes que no habían cometido.
Suelen juntarse a puerta cerrada un par de veces al año. Solo ellos y sus familias. Lo llaman the gathering, la reunión, un retiro espiritual de tres o cuatro días. Viajan desde todo EE UU. Comparten miedos, experiencias terribles, la angustia que aún arrastran. Pero también hay risas. Fraternidad. Y una vibrante energía positiva. Han logrado salir del peor agujero que uno pueda imaginar. Emanan una luz única. Pero también asoman las cicatrices.
Es junio de 2011, Richmond, Virginia, Estados Unidos. Esta vez se han congregado en Roslyn Center, una antigua granja de la Diócesis Episcopal de Virginia. “Un lugar para relajarse, renovarse y revitalizarse”, se publicita. Se encuentra en lo alto de una suave colina, rodeado de campos bucólicos y praderas. Al atardecer, luciérnagas emiten fogonazos y los exconvictos disfrutan de una barbacoa. Hamburguesas, perritos, cerveza. Hay un concierto de rock en un granero. Un silencioso tipo con sombrero de cowboy,Albert Burrell, que pasó 13 años en una de las peores cárceles del país, la de Angola (Luisiana), baila animado.
Sabrina Butler y Roszalia Ellen, su madre, han venido desde Columbus (Misisipi). Del cinturón de la Biblia, donde la esclavitud y la segregación racial fueron más duras. Sabrina tuvo su primer hijo a los 15 años. El segundo a los 17. Una mañana de 1989, este último dejó de respirar. En estado de shock, Sabrina siguió los consejos de una vecina: practicó sobre el bebé maniobras de reanimación. Cuando el pequeño Walter llegó al hospital, estaba muerto. Con el pecho amoratado. Sabrina fue detenida, y recién cumplidos los 18 años, condenada a muerte.
Un reportaje escrito junto a Guillermo Abril: Leer al completo en ElPaís.com | Descargar pdf | Pinterest | Fotografía de Sofía Moro